jueves, 31 de diciembre de 2009

MAGIA DE AÑO NUEVO



LA ENERGÍA DEL VERBO

El último día del año millones de personas en todo el mundo se entregan a rituales mágicos, religiosos y espirituales para despedir el año que nos deja y recibir el año nuevo. La noche en que esperamos la llegada del nuevo tiempo está llena de magia, pero sobretodo de esperanza.


Que la energía buena y la energía mala existen es un hecho comprobado y comprobable. Hace algunos pocos años asistí a un ritual, nos pidieron llevar pétalos de rosas, esencias y botellas con agua. El gurú que dirigía la sesión antes de llenar unos baldes con los pétalos y el agua que todos llevamos nos “enseñó” fotografías de partículas de agua sacadas de distintos vasos, al primero se le habían gritado insultos e improperios, la gota de agua era de forma irregular, fea y turbia; la segunda gota de agua provenía de un recipiente al que se le había cantado, alabado, enamorado y rezado, esa partícula sorprendentemente brillante parecía una estrella llena de luz y perfectamente transparente.


El poder del “verbo” y la energía positiva son hechos que no solo recoge la religión, la ciencia y la mecánica cada vez incursionan más en esos campos antes considerados del ámbito de lo subjetivo. Es también cierto que libros tan vendidos como “El Símbolo Perdido”, donde se habla de la ciencia noética (que tiene mucho de magia) y de masonería (que tanto considera la numerología, los ritos y la astronomía) y de el betseller “El Secreto”, que le da tanta importancia al impulso interno y al verbo con el que nos proyectamos y conseguimos el éxito, han hecho que estemos, después de un período de escepticismo, volteando hacía el ritual, el mito, la creencia y hasta la magia.

Una hoja de papel blanco puede ayudarnos a programarnos, en un ejercicio claro y sencillo el último día escribiremos todo lo que fue negativo para nosotros ese año, en otra hoja todo lo que queremos para el siguiente año. La hoja con lo negativo la quemaremos con una vela blanca durante la última noche del año y la que contiene nuestros deseos para ese año que empieza la doblaremos y meteremos en la botella vacía del champagne o vino con el que estemos brindando, junto a ella las hojas con los deseos de las demás personas que nos acompañan, se cierra de nuevo con su mismo corcho y se lanza al mar o al rio diciendo una oración como “Te entregó esta botella llévala donde tú quieras pero que se cumplan todos los deseos”.



El más conocido de los rituales es comer 12 uvas a las 0 horas con las 12 campanadas, es conocida la prenda amarilla para la prosperidad y la roja para el amor, salir con maletas y dar la vuelta a la manzana para viajar, arrojar un anillo de oro a la copa en la que brindamos, comer un puñado de lentejas esa noche, poner dinero (un dólar) en el bolsillo izquierdo y una moneda (5 soles) debajo del pié derecho, también he visto lanzar por el balcón (ventana, puerta, jardín, calle) 12 centavos de la misma denominación y las velas de colores, las velas que tienen todas un significado pero que sobretodo iluminarán el camino y por supuesto, la fiesta.


Pero hay un aspecto que no debemos olvidar, un aspecto importantísimo, antes de cualquier ritual de buena suerte para año nuevo es necesaria una limpieza, limpiar y ordenar la casa, botar con quema de incienso, mirra, y ruda todas las malas vibras y bañarnos con agua que hirvió con canela y clavo o con ruda, hierba buena y romero.

Con todo esto, tengan ustedes un FELIZ AÑO NUEVO! No olviden que la mejor de las cábalas es recibir el año riendo y divirtiéndonos en buena compañía.

lunes, 21 de diciembre de 2009

DE CHAMPAGNE, Oro y Estrellas




BEBIENDO LAS ESTRELLAS (El Champagne)



Venez vite, je goûte les étoiles! (¡Venid pronto, estoy bebiendo las estrellas!,) Dom Perignon

Se dice que la historia del champagne nace en la Abadía de Hautevillers, donde un monje ciego benedictino, Dom Pierre Perignon, al probar una uva, sabía inmediatamente de qué viñedo procedía. En una ocasión embotelló un vino sin que terminara de fermentar y olvidó las botellas hasta que comenzaron a explotar; al abrir una de ellas para probarla llamó a todos exclamando que estaba bebiendo estrellas.

No obstante la delicadeza y minuciosidad con la que Perignon preparaba su regia bebida, el champagne de él no era transparente y finísimo como lo es actualmente. El método y el color dorado que tiene actualmente se lo debemos a Madame Margarite Veuve Cliqcuot, quien también da su nombre a uno de los más prestigiosos champanes.

Caterina Capurro, especialista en vinos nos escribe:

“Al descorchar un champagne, cava o prosecco, descubrimos un mundo de pasión y magia. Es una experiencia vital, llena de lujo y distinción, infaltable en momentos de felicidad y celebración. Es una bebida aristocrática y divertida, disfrutada desde su invención, por zares y las principales cortes europeas.

El origen y algunos tecnicismos diferencian éstos espumantes, pero tienen en común, ésa vibrante burbuja, cosquilleo vivificante, que divierte nuestro paladar, convirtiéndolo en el aperitivo ideal, en el vino de las mil posibilidades en temas de maridaje, y si es dulce, en el broche de oro al final de un almuerzo o cena.

FRANCIA
Champagne, es la denominación de origen más famosa, es decir que la bebida que lleva ese nombre, sólo puede ser producida en dicha región francesa. Se le reconoce como una de las marcas mejor desarrolladas en los últimos 200 años, basada en la leyenda de Dom Perignon. El verdadero aporte del Abad del monasterio de Hautvillers, fue el uso de botellas de vidrio más gruesas provistas de tapones de corcho que soportaron mejor la presión del gas carbónico. Dos aportes también sumamente importantes, fueron hechos por un bodeguero de la Casa Veuve Clicquote, quien inventó el pupitre de removida y la determinación de la dosificación exacta de azúcar para la segunda fermentación.


Se elabora por el método Champenoise, es decir, con segunda fermentación en botella, a base de 3 tipos de uva: Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Meunier.

Según el contenido de azúcar residual tenemos los champanes Extra Brut, Brut, Extra Sec, Sec, Semiseco, y Doux, que es el más dulce.

Actualmente, se comercializan más de 300 millones de botellas al año, y su consumo va en aumento. El 56% es consumido en Francia, 20 millones van a Estados Unidos y 8 millones a Japón. Los más vendidos son los Bruts sin añada (sin año de cosecha), mientras que los Millesimés (con año de cosecha) alcanzan los precios más elevados.

ESPAÑA
El Cava, tiene su propia historia y tradición. Nace a finales del siglo XIX en Barcelona, gracias a Josep Raventós, quien luego de estudiar en Francia el delicado proceso de elaboración de un Champagne, presentó su primer espumoso en 1872.

Elaborado también por el método Champenoise, la variedad de uvas utilizadas en el Cava incluye Macabeo, Parellada, Xarello, y la recientemente autorizada, Chardonnay. En los Cavas Rosados emplean Garnacha, Cariñena, Tempranillo y Monastrell. Considerar que dependiendo del contenido de azúcar, puede ser Brut Nature, que es absolutamente seco, pasando por el Extra Brut, Brut, Seco, Semiseco, hasta Dulce.

Hoy en día, el Cava alcanza una producción de 144 millones de botellas, convirtiendo a España en el segundo productor de espumantes.

ITALIA
En el Véneto, noreste de Italia, se produce un espumante a base de la uva blanca Prosecco, y debe su éxito a Antonio Carpené, quien a fines del siglo XIX fundó la asociación que se encargó de promover éste espumante. Hoy en día se calcula una producción que supera los 20 millones de botellas. A diferencia del Champagne y el Cava, el Prosecco se elabora bajo el método Charmat, que se distingue por una segunda fermentación en tanque de acero inoxidable, hasta alcanzar una presión de 3 atmósferas. El resultado es embotellado como spumanti, caso contrario, sólo alcanzará la categoría frizzante.

ROSES
Para elaborar un espumante Rosé, el vino base debe ser un vino rosado, que se logra fermentando las uvas tintas en contacto con sus hollejos durante un período de tiempo determinado, sin permitir que la pigmentación sea total. Otro método, es vinificar las uvas blancas y tintas por separado, y después preparar una mezcla ó cuveé mediante la combinación de ambos. Además de adquirir color, el vino logra obtener cierta cantidad de tanino, por lo cual el espumante Rose, posee más cuerpo que el espumante blanco.
A partir del vino base, se prosigue con cada uno de los pasos indispensables para un buen espumante, de acuerdo a dos métodos principales: El Champanoise y el Charmat.

ELABORACIÓN
Para lograr un buen Champagne, Cava o Spumanti, es necesario un buen vino base. Cada tipo de uva se vinifica por separado, y después de numerosos ensayos de cata, se selecciona la mejor combinación (cuveé). Cuando se tiene el cuveé final, se añade un licor de tiraje, que consiste en una combinación de levaduras autóctonas y una cantidad determinada de azúcar de caña, con el objetivo de generar una segunda fermentación. En el método Champenoise, esto se realiza en la botella; en el método Charmat, se lleva a cabo en un tanque de acero inoxidable.

La levadura se alimentará del azúcar, convirtiéndola en alcohol y gas carbónico. Durante éste proceso las botellas se mantienen boca abajo en pupitres y son giradas manualmente 1/8 de vuelta para evitar que el sedimento se pegue, y por el contrario, vaya descendiendo hasta el cuello de la botella, hasta formar un tapón que tendrá que ser eliminado. En espumantes de calidad éste proceso tiene una duración de 3 años. Al cabo de éste período, la botella se sumerge boca abajo en un baño helado de salmuera, hasta congelar el sedimento. La botella se voltea y se dispara en una especie de hielo, dejando el vino limpio. Éste proceso es llamado degüelle.

Luego de éste procedimiento, se debe compensar la pérdida de líquido en la botella, se agrega champagne de añada anterior y azúcar de caña, llamado licor de dosage. Se coloca el tapón de corcho, asegurado con el alambre, cubierto por la cápsula, y tenemos listo el espumante.

SERVICIO
Servir en copas flauta para proteger las burbujas y admirarlas, ya que son un factor de calidad muy importante. Analizar su tamaño, duración, cantidad de espuma y tiempo de permanencia. La temperatura de servicio es de 5° - 8°, y es indispensable disponer de una champagnera con hielo.
Al descorchar una botella de espumante, debemos resistir la tentación del ruidoso descorche donde el corcho sale disparado con fuerza, ya que lo correcto es el descorche sutil y silencioso, mediante un giro suave de la botella.

GUARDA
Un espumante sin añada no mejora con la guarda, solamente quienes tengan la indicación de año de cosecha (Millesimes), pueden guardarse durante un largo período.

MARIDAJE
Los espumantes son los aperitivos por excelencia y su maridaje es sumamente amplio, ya que acompañan a la perfección desde ostras, caviar, salmón, foie gras, pasando por quesos diversos, aves y lechones, y los de más caracter, maridan perfectamente con carnes rojas.

La comida oriental, thailandesa, china o japonesa, encuentra en la variedad de espumantes rosados su compañero ideal.

Por su versatilidad, es indispensable en los servicios estilo buffet, donde difícilmente podríamos escoger un vino que coincida con todos los platos. Así que ésta Navidad, un buen espumante será nuestro aliado ideal para resaltar nuestra cena.”

Gracias Caterina


Melanie Pérez-Cartier Gardella