

La Noche de Arte
Alberto Quintanilla, pintor de colores fuertes y demonios andinos, ese gran oso (Ukuko le dicen en su telúrico Cuzco) radicado en Francia, flaco y demacrado, esta vez desgarrador en su arte, me cuenta sobre la muerte accidental de un hijo suyo…impactada por lo escuchado avanzo unos metros y me encuentro con la vitalidad de la estupenda escultora Amelia Weiss, que en sus aproximados 85 con brillo en los ojos entusiasmados me invita a su próxima exhibición el 23 de noviembre en el Museo de Osma. Jeanette Revilla siempre guapa y en dupla con su afamado esposo: el gran Carlos Revilla, fanática de la obra de este monstro de nuestra pintura le pregunto por él y por sus cuadros, frustrada y bastante molesta me dice que sólo colgaron uno de los cuadros y que Carlos debe estar muy molesto, nos quejamos las dos con la directora de la muestra y promete colgarlo al día siguiente…nos dice: “es que han quedado como 500 cuadros”, me pregunto y le pregunto a Jeanette: “Es que esta señora no sabe quién es Carlos Revilla?” parece que no se enteró de su amistad y complicidad con Picasso y Salvador Dalí, parece que no siente la magia de su trazo y del espíritu encerrado en los cuerpos perfectos de su maestría surrealista.
Sigo recorriendo la sala y en el extremo de un panel hay un Szyszlo pésimamente enmarcado y peor colgado, un poco más adelante encuentro a mi gran amigo el escultor y ahora director de nuestro próximo Museo de Arte Contemporáneo: Álvaro Roca-Rey, su escultura casi arquitectónica, llena de estructuras de tensiones y engranajes perfectos, Roca-Rey es un perfeccionista y lamento no estén expuestos sus bocetos, que en alguna otra exposición individual una vez tuve la suerte de ver y parecían los de Leonardo antes de una obra maestra, Álvaro es cariñoso y sencillo, me regala un abrazo de niño grande.
Luz Negib me cuenta que está en ArtCo con una colección nueva, Ana María Guevara me presenta a su mamá, mientras el periodista Enrique Zileri nos cuenta la historia del pez cebra que dice tiene la capacidad de regenerar los ojos, es decir si pierde un ojo este le vuelve a crecer; así entre historias de peces maravillosos, nacimientos, muertes y emociones humanas, hay un mundo diverso en la más grande (que duda cabe) exposición de arte del año. La Noche de Arte, organizada por la asociación de damas de la embajada de Estados Unidos en Lima.
* Siguiendo a los artistas y refrescando este artículo que escribí hace diez días ya, debo agregar que volví a ver a la gran Amelia Weiss, volvió a invitarme a su exposición y volví a jurarle asistir, comí en el Haití de Miraflores con Fabiola de la Cuba, se disponía a viajar a Lambayeque para presentar la tercera versión de la "Fiesta Muchik" me contó que su hija, "Mozart" y "Bethoveen" (cocker y poodle) además de "piojo"(su conejo) estaban re bien pero que el novio había pasado a mejor vida...osea terminó. En la exposición de Máximo Laura, con motivo de los 30 años del Instituto Riva Agüero, encontré a Saywa y a Dámaris, no me atreví a preguntar si la rebelde ganadora de Viña del Mar había dejado la casa materna y se había "independizado" como me confió hace unas semanas atrás.
Los artistas siguen expuestos, yo trato de mirar al ser humano sensible y distinto mas allá de sus obras, de las candilejas y los aplausos.